La Festividad de la Santísimas Cruces de Mayo es una de las solemnidades religiosas más trascendente de la provincia de Huancané y la región Puno, cuya particularidad en comparación al resto de celebraciones radica en su personaje emblemático: El sikuri.
En Huancané, los alferados de la fiesta de las seis cruces principales inician la celebración con las velaciones que son tres en cada año. La primera se registra el 24 de abril y la siguiente en fecha 27 de ese mismo mes. La última y tercera velación se realiza el 1 de mayo adonde asisten la mayoría de los fieles y devotos de la Santísima Cruz.
Dejando de lado la crisis de gobernabilidad que ha caracterizado a Huancané en los últimos años, esta singular celebración inicia un par de semanas antes de la fecha jubilar con velaciones a las principales cruces; el 24 y 27 de abril y la última el primero de mayo; para luego extenderse los días posteriores con los tradicionales cacharparis.
En la tierra chiriwana, de ascendencia de la cultura Huancas, las principales cruces veneradas dentro de la ciudad de Huancané son el Tatito Grande, Tatito Díaz, Primer y Segundo Bosque, Muñapata; que sumadas a las de la zona rula hacen más de 40.
Ese mismo día el alcalde y los tenientes gobernadores recibieron y condecoraron a las agrupaciones de sikuris procedentes de Lima, Argentina, Bolivia y otras latitudes del país y el extranjero, por ser portadores de esta estampa altiplánica con matices históricos, culturales y religiosos, como resultado de esa simbiosis entre catolicismo y tradición ancestral.
En la víspera, los alferados de las diversas cruces realizan las misas de alba, la salva de 21 camaretazos y la bendición de candelaso cirios; que acompañados con las comparas de danzas de Sikuris, Morenada, Pulli Pulli, Chiriwanos; entre otras de la zona, expresa todo el esplendor de esta fiesta de Huancané.
Llegada la fecha jubilar, más de 40 conjuntos de sikuris se trasladan con el alba a las cumbres más alta donde veneran a sus respectivas cruces, siendo una de las principales la del cerro Pokopata, donde los alferados y acompañantes cumplen con el ritual ceremonial en retribución a la “Pachamama”.
La plaza principal de Huancané deja ver en su máximo esplendor esta solemnidad, donde al ritmo de dulces melodías de las cañas de zampoña y bombos de sikuris acompañan en procesión a las santísimas cruces previamente bendecidas en sus apus tutelares y la misa en el templo Santiago Apóstol.
Después de la procesión, cada uno de los conjuntos de sikuris realizan un pasacalle por las principales arterias de la ciudad para retornar a la Plaza de Armas, donde hacen la transferencia del cargo al alferado del año siguiente y luego disfrutan de una fiesta y comilona en la casa de ellos.
Cuna del Sikuri
Sin bien el distrito de Conima, provincia de Moho, es conocido como la cuna del sikuri, es válido decir que sus orígenes son propios de la provincia de Huancané, porque antes de la modificación del mapa puneño, todas estas jurisdicciones eran parte del territorio chiriwano.
Antes de la década del 70, la agrupación de sikuris Zampoña del Titicaca era el fiel de representante de Huancané cuando en Puno, en el cerrito de cancharani, estas comparsas realizaban verdaderos duelos musicales al ejecutar sus melodías por el mayor tiempo posible en veneración a la Virgen María de la Candelaria.
Juan Huanca Secje, es uno de los cultores del sikuri en Huancané desde cuando en su adolescencia por los años 70, en el Colegio Nacional de Varones de Huancané, le obligan dominar algún instrumento para aprobar un curso. Paradójicamente su padre músico no fue su mentor, sino su madre que con la zampoña de su progenitor sembró en él la constancia y el amor por su cultura.
En 1979, con asesoría del abogado Juan Gil Layme, fundan la primera agrupación juvenil de Sikuris denominada Claveles Rojos. Por diferencias entre los adolescentes y personas mayores en 1981 constituyen el grupo “Los Aymaras” y tres años después Juan Huanca conforma la base en el Calo y hoy en día tienen sedes en diferentes partes del mundo como en Berlín, Alemania.
Además de los “Claveles Rojos” y los “Aymaras”, mención honrosa merecen los conjuntos de sikuris Proyecto Parihuanas, Lacustre, Kantati Ururi de Conima, Wayra Marka; ente otros, que con su cadencioso danzar y maravillosa música de viento y caña, bombo de cuero, enaltecen esta festividad. Esta celebración se complementa con las tradicionales alasitas.
En Huancané, los alferados de la fiesta de las seis cruces principales inician la celebración con las velaciones que son tres en cada año. La primera se registra el 24 de abril y la siguiente en fecha 27 de ese mismo mes. La última y tercera velación se realiza el 1 de mayo adonde asisten la mayoría de los fieles y devotos de la Santísima Cruz.
Dejando de lado la crisis de gobernabilidad que ha caracterizado a Huancané en los últimos años, esta singular celebración inicia un par de semanas antes de la fecha jubilar con velaciones a las principales cruces; el 24 y 27 de abril y la última el primero de mayo; para luego extenderse los días posteriores con los tradicionales cacharparis.
En la tierra chiriwana, de ascendencia de la cultura Huancas, las principales cruces veneradas dentro de la ciudad de Huancané son el Tatito Grande, Tatito Díaz, Primer y Segundo Bosque, Muñapata; que sumadas a las de la zona rula hacen más de 40.
Ese mismo día el alcalde y los tenientes gobernadores recibieron y condecoraron a las agrupaciones de sikuris procedentes de Lima, Argentina, Bolivia y otras latitudes del país y el extranjero, por ser portadores de esta estampa altiplánica con matices históricos, culturales y religiosos, como resultado de esa simbiosis entre catolicismo y tradición ancestral.
En la víspera, los alferados de las diversas cruces realizan las misas de alba, la salva de 21 camaretazos y la bendición de candelaso cirios; que acompañados con las comparas de danzas de Sikuris, Morenada, Pulli Pulli, Chiriwanos; entre otras de la zona, expresa todo el esplendor de esta fiesta de Huancané.
Llegada la fecha jubilar, más de 40 conjuntos de sikuris se trasladan con el alba a las cumbres más alta donde veneran a sus respectivas cruces, siendo una de las principales la del cerro Pokopata, donde los alferados y acompañantes cumplen con el ritual ceremonial en retribución a la “Pachamama”.
La plaza principal de Huancané deja ver en su máximo esplendor esta solemnidad, donde al ritmo de dulces melodías de las cañas de zampoña y bombos de sikuris acompañan en procesión a las santísimas cruces previamente bendecidas en sus apus tutelares y la misa en el templo Santiago Apóstol.
Después de la procesión, cada uno de los conjuntos de sikuris realizan un pasacalle por las principales arterias de la ciudad para retornar a la Plaza de Armas, donde hacen la transferencia del cargo al alferado del año siguiente y luego disfrutan de una fiesta y comilona en la casa de ellos.
Cuna del Sikuri
Sin bien el distrito de Conima, provincia de Moho, es conocido como la cuna del sikuri, es válido decir que sus orígenes son propios de la provincia de Huancané, porque antes de la modificación del mapa puneño, todas estas jurisdicciones eran parte del territorio chiriwano.
Antes de la década del 70, la agrupación de sikuris Zampoña del Titicaca era el fiel de representante de Huancané cuando en Puno, en el cerrito de cancharani, estas comparsas realizaban verdaderos duelos musicales al ejecutar sus melodías por el mayor tiempo posible en veneración a la Virgen María de la Candelaria.
Juan Huanca Secje, es uno de los cultores del sikuri en Huancané desde cuando en su adolescencia por los años 70, en el Colegio Nacional de Varones de Huancané, le obligan dominar algún instrumento para aprobar un curso. Paradójicamente su padre músico no fue su mentor, sino su madre que con la zampoña de su progenitor sembró en él la constancia y el amor por su cultura.
En 1979, con asesoría del abogado Juan Gil Layme, fundan la primera agrupación juvenil de Sikuris denominada Claveles Rojos. Por diferencias entre los adolescentes y personas mayores en 1981 constituyen el grupo “Los Aymaras” y tres años después Juan Huanca conforma la base en el Calo y hoy en día tienen sedes en diferentes partes del mundo como en Berlín, Alemania.
Además de los “Claveles Rojos” y los “Aymaras”, mención honrosa merecen los conjuntos de sikuris Proyecto Parihuanas, Lacustre, Kantati Ururi de Conima, Wayra Marka; ente otros, que con su cadencioso danzar y maravillosa música de viento y caña, bombo de cuero, enaltecen esta festividad. Esta celebración se complementa con las tradicionales alasitas.
Por: Zenaida Zea
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