martes, 13 de diciembre de 2011

El Soldado Palla Palla de Unicachi



*Tomado del diario Los Andes de Puno - Perú

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El sábado de gloria hay dos acontecimientos sumamente importante en la tradición cultural de nuestros pueblos: en Conima se realiza la “Noche de Pascua” en la que diversos conjuntos de sikuris de la localidad y comunidades circundantes durante toda la noche y hasta la madrugada del domingo convierten su plaza principal en un hervidero sikuriano, destacándose la danza Soldado Palla Palla o Loco Pallacuya. Debido a la popularidad de esta celebración, músicos de diversos lugares del país visitan Conima durante esta festividad.

Pero en el otro extremo, en el lago menor del Titicaca, también hay una celebración especial con sikus y diversos conjuntos de soldado Palla Palla: los hay en Unicachi, Ollaraya, Quimsa Cruz y otros lugares de la provincia de Yunguyo.

En Unicachi se realiza un singular concurso de Soldados Palla Palla el sábado de gloria. Para empezar, se ejecuta con zampoñas número 32; pero lo que llama realmente la atención es la indumentaria de sus integrantes: todos tienen vestimenta militar o de policía, ya sea del ejército, la marina, Policía Nacional, Guardia Republicana o Policía Militar, puesto que en algún momento sirvieron a estas instituciones cumpliendo el Servicio Militar Obligatorio.

Esta vestimenta varía de acuerdo a la edad de los participantes, ya que los hay desde ancianos hasta niños: lógicamente los de más edad utilizan la vestimenta de su época, mientras que los más jóvenes lo hacen con el uniforme de los actuales soldados o de algunas ramas del ejército (comandos, comunicaciones, etc.)

Como refieren los lugareños, esta danza simboliza a los "recogidos" o "levados" para desarrollar distinto tipo de actividad militar.

Su tradición se remonta a la época prehispánica, cuando la necesidad de contar con tropas por parte de los gobernantes de entonces, hacía que varones entre los 16 y 25 años fueran reclutados para desarrollar el arte de la guerra en distintos lugares, para ampliar su territorio o para sofocar rebeliones locales. Durante la Colonia, la República y hasta nuestros días, el reclutamiento se mantiene con personal en edad militar.

Al retornar a su lugar de origen, los "licenciados" reproducen parte de su experiencia, satirizándola y caricaturizándola.

La participación de cada conjunto tiene un patrón similar: primeramente ingresa a la carrera el jefe de la "tropa de Palla Pallas", ataviado de acuerdo a su rango -la mayoría de ellos portando un sable antiguo-, y haciendo los debidos ademanes militares y en voz estentórea anuncia la participación de su conjunto ante el Alcalde y solicita permiso respectivo para su presentación.

El Alcalde, también con gesto militar, autoriza la participación del conjunto, luego de lo cual el jefe de tropa se retira y ordena a los integrantes del conjunto iniciar su participación.

La primera melodía es una marcha simple, casi similar en todos los conjuntos. Al encontrarse frente al estrado principal, el "jefe de tropa" ordena voltear a la derecha y ejecutar el respectivo saludo, el cual es aplaudido por todos los asistentes al concurso.

Inmediatamente el conjunto da inicio a su segunda melodía que es un huayño vivaz. Y aquí, la rigidez militar se pierde completamente para dar paso a la plasticidad y a una serie de movimientos ondulantes, festivos y caricaturezcos que hacen la delicia de todos los asistentes.

En ningún momento el "jefe de tropa" pierde el control del conjunto; es más, dirige todo tipo de movimiento. Esta segunda parte es la más larga y permite un amplio desarrollo coreográfico del conjunto. Algunas agrupaciones han introducido elementos contemporáneos como la imitación de soldados ecuatorianos o guerrilleros del MRTA que "atacan" a la tropa, la cual, después del primer momento de sorpresa, repele victoriosamente el ataque.

Al culminar esta segunda melodía, el "jefe de tropa", igual que al inicio, anuncia que ha terminado su participación y pide permiso para retirarse, el cual es concedido. El conjunto de Palla Palla se retira siempre con un huayño, recibiendo la ovación del público que se encuentra muy divertido por la participación de cada uno de los conjuntos.

Algunos conjuntos no utilizan bombo, lo que no hace perder el ritmo marcial de la melodía que interpretan, y lo que nos indica además que en el pasado no se utilizaba este instrumento, como actualmente sucede con los Palla Palla de la Isla de Anapia.

Las figuras principales de cada conjunto de Soldado Palla Palla son "el jefe de tropa", algunos de los cuales portan galones o distintivos que utilizaron mientras sirvieron en el ejército o la policía. Luego viene un segundo jefe, de acuerdo siempre a la jerarquía militar. Se ven a cabos, policías militares y otras variantes. En algunos conjuntos se observa también a los alferados o dirigentes del conjunto marchando delante de la "tropa".

Posteriormente está el grueso de la tropa. No necesariamente hay uniformidad en la vestimenta, pues como dijimos, los ejecutantes utilizan la ropa portada durante el tiempo que efectuaron su servicio militar o sirvieron en lo que antaño se conocía como Guardia Republicana. Eso sí: todos perfectamente vestidos, hasta en los mínimos detalles, y la ropa completamente limpia y las botas perfectamente lustradas. Algunos se pintan bigote y muchos utilizan anteojos con lunas oscuras.

Luego están los personajes accesorios: enfermeras, supuestos militares extranjeros, guerrilleros, niños cargando pequeñas andas de procesión y otra variedad de figuras.

Algunos conjuntos tienen "r


abonas" o acompañantes femeninos de los soldados. Estos personajes son representados generalmente por hombres vestidos de cholitas y cumplen un rol eminentemente satírico. Estos personajes tienden a desparecer de estos conjuntos por falta de motivación de sus dirigentes y autoridades.

Al culminar el concurso, se presenta otro caso singular: varios conjuntos de Palla Palla se juntan de dos en dos, sin entreverarse y cada uno ejecuta su propia melodía, marchando por el perímetro de la Plaza y alrededores, lo que nos recuerda la actitud de los conjuntos de Chirihuanos de las comunidades de Huancané, que necesariamente deben juntarse para entrar en la ciudad.

Estos conjuntos tocan también durante toda la noche en la puerta del templo, hasta que el alba del domingo los invita a marcharse.

Tanto el Municipio local como el Provincial deberían ejecutar una adecuada promoción de esta celebración que se desarrolla en Pascua, para que los puneños de todos los rincones puedan gozar de un espectáculo atrayente, contemporáneo y de afirmación cultural.

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