sábado, 17 de mayo de 2014

soldado palla palla de Quebrada de Humahuaca: Tilcara y Tumbaya


Peregrinación al Ara de Punta Corral en Jujuy (Argentina).- La devoción de la Virgen de Copacana de Punta Corral tiene más de Siglo y medio de Historia. Las honras se llevan a cabo todos los años durante la Semana Santa y en la actualidad tiene como epicentro dos departamentos de la Quebrada de Humahuaca: Tilcara y Tumbaya. La Imagen de la Virgen, es semejante a la que se venera a orillas del Lago Titicaca en Copacabana – República de Bolivia.
De allí que la denominación exacta conjuga el nombre de los dos lugares: El primero “Ubica el nacimiento de la devoción (...) en Copacabana a comienzos del siglo XVI cuando el Inca Yupanqui ofreció votos a la Virgen”. (Lafon, Se. 1967: 274, 275); mientras que el segundo tiene que ver con la “Aparición de la Virgen el Abra de Estancia Vieja en Punta Corral cuando don Pablo Méndez (Campesino del lugar y primer esclavo), se dirigía por el lugar en el mes de julio de 1835” (Burgos Araoz 1991: 8)
Son dos las imágenes de la virgen de Copacabana que se veneran en la Quebrada: una de ellas desciende durante el Domingo de Ramos a Tumbaya y la otra el Miércoles Santo a Tilcara.
Miles de peregrinos concurren para la bajada tanto a Tilcara como a Tumbaya cargando en sus hombros la sagrada Imagen en grata compañía de decenas de Bandas de Sikuris
La procesión de la Virgen sale desde Punta Corral con las primeras horas del alba y llega al pueblo al final del atardecer. La mamita Virgen como la llaman los lugareños baja acompañada de por numerosas bandas de Sikuris (El “Siku” es un instrumento netamente andino y el agregado “ri” quiere decir en quechua “el que”. Entonces Sikuri significa el que toca el Siku). Además concurren a esta festividad popular turistas, mochileros, curiosos, etc. en fin cristiano y no cristiano.
Algunos estudiosos del tema registraron cifras enormes de peregrinos que concurren Punta Corral. El Cura Kogler calculó 8000 a 10000 personas que concurrieron en el año 1958. Para ese entonces, es sabido también, que la concurrencia era más bien regional En la actualidad se puede constatar que a Tumbaya concurren jujeños de los grandes centros urbanos (Capital, Palpalá, San Pedro, etc.) y también de otras provincias. Esto se debe a que con los últimos años se han intensificado las migraciones rurales en busca de una mejor calidad de vida
Hay una gran cantidad de residentes de la Quebrada dispersos por las ciudades más importantes de nuestro país. En Tilcara se produjo un hecho muy curioso en el año 1986: por tres años consecutivos concurrió a punta Corral, una banda de Sikuris integrada por residentes tilcareños en Buenos Aires. Nos podemos dar una idea de la enorme organización que requieren este tipo de “Promesas” que se hacen a la Virgen.
También los lugareños se organizan para participar de la devoción Con mucha antelación campesinos de distintas comunidades rurales preparan sus productos (carnes de cordero y de chivo, papas, chicha, etc.) para comercializar en la fiesta. También concurren al lugar vendedores ambulantes de comidas y otros enseres. Los devotos preparan sus “Promesas” entregando a la Virgen una medalla de plata en forma de corazón y de distintos miembros del cuerpo pidiendo a la “Virgencita” para que se les cure alguna enfermedad.
Esta fiesta tiene componentes religiosos que ligan creencias andinas con otro tipo de creencias venidas de Europa. En cada tramo del camino a Punta Corral se puede observar a la orilla de los caminos algunos montículos de piedra llamados “apachetas”, donde el peregrino hace un alto y se inclina agregando otra piedra más, como significando la unión al cansando de los demás. Cuando el caminante pasa al lado de estas apachetas sentirá la unión y la fuerza para continuar el camino después de haber rezado una oración.
Si concurrimos a Tilcara para la “La Bajada de la Virgen” podremos detectar con detenimiento esos componentes de lo andino: a Tilcara concurren poco más de 1000 sikuris que tocan a la misma vez, podremos ver la disposición de las apachetas a las orillas de los caminos y también conversar con quienes concurren año tras año para honrar a la imagen.
Existe el temor de quienes no cumplen con una promesa, no se teme el castigo de la Virgen sino se la honra Esto es muy diferente a la concepción occidental de los pecados. Cuando no se cumplen con los dogmas de iglesias como la Católica, sus ministros condena al eterno fuego del infierno a quienes desobedecen estos preceptos.
Para los quebradeños esta devoción es primordial en las celebraciones de la Semana Santa. Cuando la “Virgencita” llega al pueblo se siente retumbar la música de los sukuris, se levanta los pañuelos al aire y se arrojan flores de virreyna, estatíes y claveles saludando a la una imagen sagrada.

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